"He notado que aun la gente que dice que todo está predestinado y que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle"
Stephen Hawking

miércoles, 25 de julio de 2012

Rio Sucio

Esta sin editar pero de todas formas es para que le echen un ojo y opinen.

Las cosas que he tenido que vivir no se comparan en nada a la visita que en una ocasión hice a un extraño pueblo ubicado en la parte mas interna de un país sur americano, y aunque ahora es un pasaje de mis memorias que escribo con increíble agrado, en ese entonces esta situación fue la generadora  un horror dantesco, el cual me hizo desistir de mi viaje por el mundo buscando todo tipo de culturas y conocimientos nuevos para saciar mi sed de sabiduría. En ese entonces era joven y lleno de energía, con la mente abierta a muchas cosas que me podrían estar esperando, tal vez es por eso que no me invadió la locura y el desespero que debió embargarme por tan escalofriante suceso.

Fue después de la muerte de mis padres cuando había decidido emprender esta tan alocada aventura, mi frustración de no haber sido antropólogo no me detendría en mi objetivo de conocer a cerca de todas las culturas, en especial las que habitaban América antes de la conquista, y tras un largo año de arduo trabajo y ahorro, pude al fin emprender el viaje que duraría aproximadamente tres meses. De seguro mis padres no me hubiesen permitido hacer ese viaje, pero al no estar ellos ya con nosotros no importaría para mi lo que dijeran los demás, ni siquiera el único hermano que tengo. Entonces tan solo debería decidir el primer destino donde empezaría mi viaje, el cual lo encontré fácilmente fijando mi interés en México, ya que allí era la cuna principal de una de las culturas mes antiguas y enigmáticas entre las que habitaron este continente antes de la conquista.

Estaba ya en el final de mi viaje, el cual había abarcado ya una parte del país, pero que no había sido lo suficientemente satisfactorio, ya que las visitas a los lugares que yo tenia pensado ir estaban llenos de turistas y guías que habían transformado tan oscura cultura en una colección de cuentos infantiles, los cuales no decían nada mas allá de lo que uno pudiera ver en cualquier libro de antropología de alguna universidad europea.  Las historias que me contaban los guías me la sabia de memoria y hasta los viejos estaban ya muy desarraigados  de su cultura como para contarme algo nuevo, entonces me sentí  muy desilusionado por no haber encontrado lo que me había propuesto en todos lo parajes que tenia en mente.

Pero fue en esta búsqueda donde encontré al hombre que me había dado la información del pueblo en el cual más adelante me hundiría en el más profundo terror y desespero. Este hombre se presento como Santiago, el era un hombre moreno, no con un tono claro como la mayoría de este país sino que su color era mas fuerte que el de los demás, pero en ningún momento se parecía al hombre negro al que yo estaba acostumbrado a ver en Europa, su tamaño también era desproporcionado para el sector, era de un poco mas de dos metros y con una contextura fuerte y agresiva al igual que los gestos de su rostro, hacia que causara cierto temor el tratar con él. No supe porque se entero de mi búsqueda, tal ves la información se filtro entre los hombres que cuidaban el hotel donde me estaba quedando, ya que le había preguntado a casi cualquier persona que pudiera darme cualquier tipo de información, rápidamente se gano mi confianza al hablar de una manera ciertamente decente y no acercarse a mi hasta que yo se le indicara que tenia la confianza suficiente para hacerlo.

Le invite una soda y algo con que acompañarlo en el restaurante del hotel, cortésmente acepto mientras me preguntaba el porque me entusiasmaba tanto el buscar los misterios de los pueblos nativos americanos, si mi apariencia notablemente europea me aseguraba una entrada fija a los mas recónditos secretos de la cultura de mi país. Conteste a todas sus dudas con la esperanza de que el respondiera las mías. Me comento  que efectivamente no era de ese lugar, sino que provenía del sur del continente y que estaba allí en busca de una nueva oportunidad, como prueba de su confianza en mi me comento que esa oportunidad la buscaría al cruzar la frontera de manera no regular para llegar así a Norte América.

Ya entrados en confianza Santiago me comento que en esta parte del país yo no encontraría lo que estaba buscando, ya que se encontraba lleno de turistas, como ya me había podido dar cuenta, y esto había hecho que la cultura se difuminara en un gran show para el visitante. Él me dijo que lo mejor en este caso era visitar los pueblos mas olvidados de la sociedad moderna, ya que estos están menos contaminados de tecnología y la memoria de los ancianos y aun de los jóvenes estaría casi intacta.

Esto que el me decía me emociono mucho, pero me comento también, que el no conocía del área local y por ende no podría darme información de algún pueblo que estuviera en este país con esas características, pero si me podría dar información de un pueblo que se encontraba en las entrañas del país sur americano donde el venia. Accedí a tomar nota completa de todas la indicaciones que el me diera y le dije con gran emoción que partiría lo mas pronto posible. Le quise dar alguna remuneración por su información pero tan solo acepto una pequeña parte de lo que le había ofrecido, según el, porque en verdad lo necesitaba, sino no aceptaría nada mas que la comida que ya habíamos acabado. Acepto ahora que Santiago me causo gran perturbación, no tan solo por su imagen un poco grotesca, sino también por un frio congelante que se sentía en la espalda de ves en cuando mientras que estuve hablando con el, pero aun así no le hice caso como hombre terco que soy.

Llame a mi hermano mayor que estaba en Europa al frente de los negocios familiares para darle la noticia que ahora mi viaje se dirigiría a Colombia, a Rio Sucio un pequeño y enigmático pueblo de ese país, ese era el sitio del cual me había hablado Santiago  y por consiguiente mi nuevo destino, cosa que por supuesto no le gusto a él, y furioso me exigió que me devolviera para que yo también me encargara de la empresa, y amenazo con quitarme todo el apoyo financiero que tenia. Irremediablemente tuve que acceder a la petición que hiso mi hermano, pero con la firme y única intención de ahorrar lo suficiente en los siguientes seis meses para poder viajar de nuevo y así concluir aquello que ya había empezado. Tal vez debí haberle hecho caso a mi hermano, o tal vez no, el hecho es que me vi como aquel artista frustrado por su familia que en algún momento de la vida seria grande en su oficio.

Así pues paso el tiempo y pude viajar no a los seis meses como me había propuesto, pero si a los ocho y esto me hizo apreciar mucho mas este viaje el cual empezaba y del cual esperaba mucho. En clase turista y directo a la ciudad mas cercana, la cual me había indicado Santiago, llegue sin novedad alguna y de allí tome un pasaje en auto bus, el que saliera mas pronto para no perder tiempo ni recursos en hoteles.

Fue cuando pedí el tiquete para Rio Sucio donde un hombre que estaba cerca de mí me comento que no era bueno visitar ese pueblo, ya que allí solían adorar al diablo y celebraban en su nombre. El taquillero me miro de una manera ciertamente desconcertante, no sabría explicar si su mirada era de asombro o de miedo cuando aquel hombre me dijo eso, pero cambiando rápidamente de actitud me dijo que por esa época se celebraban distintos desfiles y carnavales en los pueblos que quedaban de paso, y me invito a pasar tan siquiera un día en alguno de estos pueblos para que pudiera conocer un poco mas la cultura del país, fue por esto que irremediablemente me di cuenta que su mirada había sido de miedo, pero de que yo cambiara de opinión y no comprara el tiquete.

Seguí mi camino rápidamente ya que tuve que tomar una ruta que hacia barias paradas en distintos pueblo, de paso quise aprovechar la ocasión para conocer estos pueblos de los cuales me había hablado quien me vendió el tiquete después de ignorar al hombre que me advirtió por ves primera que no era bueno visitar ese pueblo, también pregunte por el pueblo para tener información diferente a la que me había dado Santiago y aquel hombre del terminal de transporte. El numero total de paradas que tenia que hacer la ruta que había tomado antes de llegar a Rio Sucio era cuatro y fue en la segunda donde conocí a Ricardo, no sin antes hablar con  varias personas que me comentaron sobre el festival del diablo que se efectuaba allí en Rio Sucio. Ricardo era un turista, pero del país, que me acompaño gran parte del camino, el era un hombre bastante decente que se dirigía a unas fiestas, pero no a Rio Sucio, sino al pueblo que se encontraba una parada antes. Este hombre me comento que Rio Sucio no era un lugar muy popular en el sector, ya que efectivamente allí solían adorar al diablo y esto en una región tan influida por el cristianismo era visto de una manera más que aberrante. – la gran mayoría de los lugareños- decía el- no se atreven a pasar siquiera por allí, es por eso que es uno de los últimos pueblos que se deja en el recorrido y en ocasiones el conductor ni siquiera espera a llegar, sino que deja a quienes quieren visitar ese pueblo en una vereda cercana para evitar cualquier experiencia referente al lugar.
La charla con Ricardo fue muy amena pero algo desconcertante, ya que el me hablaba de Rio Sucio de una manera totalmente distinta a la que me había hablado Santiago, tanto así que me empezó a generar un temor muy profundo al comentarme las cosas que de ese pueblo se decían. En la parada del tercer pueblo descendimos hablando con Ricardo y nos dirigimos a una tienda que se situaba justo al frente del autobús, allí pedimos dos cervezas y nos las bebimos con algo de comida del sector, la cual no se veía muy apetitosa, pero el olor y el sabor cambiaban el concepto que uno pudiera tener de majan dentro de las tradiciones europeas. Entonces fue cuando Ricardo recibió una llamada y tuve tiempo para admirar el paisaje que allí se dibujaba, ese paisaje que a simple vista podría no ser muy acogedor, pero que uno al mirar detalladamente a la gente se daba cuenta que a pesar de cierta pobreza y abandono tecnológico esta gente era feliz. Tal vez una reacción muy romántica para mi crianza algo capitalista, pero el mantenerme alejado de los campos turísticos donde tratan de camuflar su cultura y exponerle a uno lo que estos países han copiado de Europa y de Estados Unidos hace que uno cambie de perspectiva inmediatamente.

De repente fue cuando empezó la pesadilla para mí, Ricardo estaba atendiendo su llamada alejado de la mesa, cuando me fije que había dos grupos de hombres observándome fijamente y ambos nos acompañaban en el autobús por lo menos desde la primera parada. Uno de los dos grupos tenían un aspecto bastante formal con respecto al otro, eran tres hombres que aunque estaban algo distanciados era obvio su parentesco, no lo trataban de disimular para nada, dos de ellos hablaban mientras miraban alrededor fijándose siempre en mi. El otro era un par de sujetos de traje mucho mas informal pero aun así de una fuerte presencia, estos dos sujetos estaban sentados en una mesa cerca de la nuestra, estaban tomando cerveza y su actitud era muy sospechosa e inquietante.

Sin que yo lo pidiera de repente el mesero se acerco a la mesa en la que yo estaba trayendo una bandeja con dos panes típicos de allí, me sorprendió bastante este pedido que rechace inmediatamente, pero el mesero insistió diciéndome que tomara el servicio con todo y servilletas para que tuviera un mejor viaje y que del costo no me preocupara ya que todo estaba pago. Bastante confundido por lo que me dijo aquel mesero me dispuse a comer uno de los panes que me había servido y fijándome en las servilletas pude notar que una de ellas estaba marcada, entonces la tome para leerla. Aunque con letra brusca y sin ninguna muestra de buena caligrafía agradezco profundamente lo que allí se encontraban escrito, pero me arrepiento de no haberle hecho caso.

Sepa usted señor extranjero que corre peligro en este sector, no es común ver gente que pregunte cosas de las cuales no esta segura y pretenda que no le valla a pasar nada malo, es por eso que hay gente que se quiere aprovechar de su inocencia y es mejor que se aleje de por aquí en el primer transporte disponible que vea.
att:  Una de las buenas personas que vive en el sector.

Debí tomar un transporte rápidamente, pero mi terquedad no dejo que yo me pusiera a salvo, en ves de eso decidí esperar a Ricardo para comentarle lo sucedido y así esperar en el un apoyo. El me dijo que no ocurría nada en tanto termináramos rápido las cervezas y nos entráramos al autobús de una vez, pidiéndole al conductor que nos diéramos prisa aunque tuviéramos que pagarle algo más. Yo definitivamente quería ir a Rio Sucio así que hice caso omiso a la extraña advertencia dentro de la servilleta, tomando todas las precauciones que me dio Ricardo, nos refugiamos en el autobús y partimos rápidamente hacia el siguiente destino sin que ninguno de los dos grupos de hombres siguiera el recorrido.

El viaje se hiso extrañamente rápido y Ricardo tal vez tensionado por lo que yo le había mostrado se vio notablemente mas callado. El paisaje se hacia mas y mas nublado, no entendía porque si todavía debía estar brillando el sol y el cielo se veía totalmente despejado, el hecho es que en poco tiempo no pude diferenciar nada a lo lejos, tan solo pude ver a unos cuantos metros a distancia. De un momento a otro y sin cruzar palabras llegamos a la parada en la cual me dejo Ricardo y en donde nada volvió a ser normal en aquel viaje.

Fue extraño el periodo transcurrido desde el momento en que comenzó de nuevo el autobús el viaje a Rio Sucio, recuerdo que Ricardo en sus ultimas palabras antes de despedirse de mi me dijo que era una lastima que no me pudiera quedar con el ya que una persona tan noble como yo no debería estar donde estaba. Aunque las palabras de Ricardo me desconcertaron, el ver allí a unos sujetos que poseían las mismas facciones de Santiago, me recordaban ese día en el que me propuse a llegar a aquel pueblo que ahora se me presenta como el camino hacia Cositos, el cual debería recorrer para encontrar descanso de mi vana curiosidad. Después de ese momento ya no puedo recordar nada de una manera clara, y es natural eso, ya que había entrado en el territorio donde sátiros y brujas cantan y bailan en honor al diablo, y a pesar de la advertencia que se me había hecho yo nunca quise hacer caso.

Fue como si un demonio se hubiese posesionado de mi poco después de que rechazara la invitación a escapar de ese sitio en la penúltima parada que se me había hecho en aquella servilleta. Un zumbido fastidioso se acentuó en mi oído, como si una mosca estuviera dando vueltas por mi cabeza, los ojos me ardían fuertemente como si nunca hubiese visto la luz y se caían de sueño poco a poco, pero el sueño fue repelido por un delirante mareo que mas adelante comencé a sentir. Hidratándome constantemente trate de resistir el fuete sueño que tenia cuando este se hizo mas fuerte, solo Dios sabe que hubiera hecho Zamael conmigo si el sueño me hubiese vencido en aquel momento.

Cuando llegamos a mi destino me sentía realmente debilitado y pensaba solamente en descansar en algún hotel del pueblo, pero rápidamente me di cuenta que el conductor que hacia esa ruta era de los que no les gustaba acercarse a Rio Sucio. Entonces tenía que caminar hasta llegar al pueblo, pensé yo que no debía tardarme más de una hora en llegar, así que podría estar en un hotel antes del amanecer. Conmigo se bajaron dos personas mas o por lo menos eso fue lo que yo alcance a notar, ya que fui yo el primero en bajar y para no perder tiempo tome mi equipaje rápidamente y me dirigí al camino que se me ponía en frente antes de llegar a mi destino.

El camino estaba totalmente descuidado, era poco satisfactorio de recorrer a pie, ya que al estar seco el suelo predominaban incesantemente las rocas y las malformaciones de tierra que caracterizan los caminos sin pavimentar, esto resultaba bastante cansón para mi; pero si hubiese estado en invierno mi cansancio tal vez hubiese sido el doble, ya que no me imagino caminando por allí en un lodazal lleno en su totalidad de huecos que asecharían como trampas para el viajero descuidado y menos experto como lo era yo. A pesar de estar hasta ahora anocheciendo no había ningún alma por allí cerca, esa soledad era realmente atemorizante porque sentía que alguien me estaba observando, pero aunque miraba con detenimiento no alcanzaba a ver nada en especial, solo tierras labradas de una manera bastante rupestre. El malestar no mejoraba, todo lo contrario, crecía cada vez más y más a tal punto que el mareo causo un leve descuida que me hizo extraviar del camino y no supe entonces por donde tenía que seguir.

Mi temor aumento al tal punto de convertirse en un horror descomunal al poder ver a lo lejos tres inmensas sombras que me seguían y que a cada paso que daba yo parecían aumentar la velocidad. Bote la maleta que llevaba y corrí por los sembradíos que había tratado de evitar para no extraviarme mas, pero que ahora buscaba para poder escabullirme entre ellos y así poder perder a mis perseguidores, mi visión estaba mas nublada que nunca y que tan solo podía ver claramente a no mas de dos metros de distancia mío. Esta confusión visual que tenia me hacia marear de una manera impresionante y me llevo a detener mi marcha para poder reponer algo de orientación, pero fue un poderoso estruendo que causo un gran eco y que hizo que las aves del lugar que hasta el momento no se habían manifestado hicieran gala de su vuelo para poder huir del mal que se estaba gestando a su alrededor, el estruendo fue seguido por otros dos de similar magnitud y que hicieron temblar mis oídos de una manera funesta, cosa que me hizo mirar hacia atrás para darme cuenta que ya no corría peligro alguno ya que ninguna sombra me perseguía.

Lentamente me repuse de la fatiga que me había producido la prolongada persecución, pero mi malestar seguía ahora acompañado de una gran somnolencia que entumecía mis músculos y me hacia tambalear de un lado para otro, como si fuera algún borracho que se dirige tarde de la noche a su casa.  Hacia barias escalas en mi proseguir, ya no me importaba si llegaba a ese maldito pueblo, lo único que me importaba era encontrar un lugar donde alojarme durante la noche y poder descansar lo suficiente como para poder devolverme  a un lugar lejos de esta locura que me estaba derrotando.

Ya había anochecido cuando encontré un pequeño riachuelo que pasaba por el extraño bosque en el que me encontraba, seguí yo en ese transe demoniaco el cual estoy seguro me indujeron aquellos extraños hombres que había visto ese mismo día, quise tomar un poco de agua que bajaba pero la rechace inmediatamente ya que sabia a sangre y tierra y su color ahora que me detenía a verlo era oscuro, como lo debía ser en esa tierra maldita, fue entonces que vi el pueblo maldito al que llaman Rio Sucio, fue entonces cuando entre al infierno sin la protección de Virgilio y es por eso que el diablo se ensaño conmigo esa noche y me atormento con su riza y su vulgar brutalidad. Quise poner importancia a ese desagradable suceso del agua pero vi una luz que se lograba ver no muy lejos, ese era Rio Sucio, ese era el infierno en la tierra, en donde sus gentes esperan la venida de Lucifer, para poderle adorarle en su presencia, mientras tanto lo hacen en esencia. Seguí hacia aquel sitio donde se podía distinguir algo de civilización, no pude diferenciar algo hasta llegar muy cerca de alli; tenía una buena infraestructura en sus casas, cosa que me hizo pensar en un principio que no era Rio Sucio, ya que me esperaba algo por lo menos mucho mas colonial, era en general oscuro excepto por una calle principal que pude identificar por su fuerte luz y fue hacia allí donde me dirigí. Fue tan solo el haber entrado en ese sito para confirmar que donde me encontraba si era Rio Sucio, ya que lo que vi fue un gran numero de sátiros, magos y brujas que se dirigían a la plaza principal del pueblo en una abominable procesión, que con canticos y bailes imitaban los movimientos de los juglares malignos que cuentan las historias de fantasía europea para asustar a los niños.

No se cual fue el motivo pero decidí quedarme en ese sitio para observar mejor la situación en ves de escapar, y escabulléndome en las sombras que habían lejos de la procesión seguí lo mas pronto posible hacia el centro del pueblo para poder ver lo que allí ocurriría. Cuando llegue al sitio puede distinguir entre la multitud una gran fogata que erguía su fuego en mitad de la plaza, la luz de ese infernal fuego me dejaba distinguir, aunque no con claridad, lo que cerca de el pasaba; eran grotescos diablillos y sátiros que bailaban alrededor y poco a poco salía de entre la multitud nuevos demonios. De repente la música se calmo y solo el ruido de los tambores se podía escuchar, acompañados de las voces de los asistentes que cantaban y se alegraban con gran regocijo ante lo que estaba a punto de suceder; una misteriosa sombra se alzo justo al otro lado de la fogata y fue avanzando poco a poco hacia la luz donde le pude identificar, no tengo duda alguna, aquella gigantesco ser era el mismo Zamael quien traía en su compañía a Lilith, la cual también surgió de la misma forma, y que sus vástagos deformes eran los asistentes a esa reunión demoniaca que allí se estaba efectuando. Los cuernos de Zamael eran grotescos y estaban empapados en sangre, sus espantosos colmillos estaban desfigurados, parecían los de un oso pero puestos a la fuerza en el rostro de algo que se podría considerar humano, su piel roja y sus garras se difuminaban con el fuego que danzaba a la par con el; Lilith tenía un aspecto bastante similar, con la diferencia de un cabello largo, sucio y sin peinar, sus pechos protuberantes y su lengua larga y ensangrentada.

No se cuanto tiempo permanecí allí escondido, perplejo, mirando como se ejecutaba este horroroso show, pero tuve la sensación de que había sido por horas cuando tan solo puedo recordar minutos. Fue de un momento a otro cuando Lilith se quedo mirándome directo hacia los ojos como si me quisiera hipnotizar, en ese momento camine lentamente hacia atrás y un rugido envuelto en fuego fue lo que me señalo el momento de salir a correr, no sin gritar desesperadamente por mi alma que sentía que seria consumida en sacrificio al infierno esa misma noche.

De nuevo salí corriendo por un camino al finalizar la calle principal de aquel pueblo, la música volvió a entonarse igual o mas frenética que al principio, ni siquiera quise mirar que me estaba persiguiendo ya que con solo sentir a una multitud de demonios acercarse a mi me bastaba para tomar fuerzas de donde ya no tenia y correr sin parar por un largo tiempo. Fue casi una hora o tal vez más lo que corrí sin mirar atrás, cuando me cansaba tan solo desaceleraba el paso y después seguía lo más rápido que podía. De un momento a otro caí  exhausto en el suelo sin que mi voluntad pudiera hacer algo para impedirlo, dejando como ultimo recuerdo de esa noche un oscuro bosque y la sensación de ya sentirme totalmente perdido.

No se con exactitud lo que paso durante el resto de la noche, desperté en el pasillo de un hospital en una camilla, era medio día y estaba lejos de donde había ocurrido aquel incidente, me encontraba solo y aturdido, fui atendido rápidamente por un enfermero que pasaba; me dijo que me habían traído unos turistas que llegaban de unas fiestas de un pueblo no muy lejos de allí, ellos habían dicho que me habían encontraron en mitad del camino y decidieron ayudarme ya que no tenia aspecto de pertenecer a esa región, parecía ser un turista al igual que ellos. Al entrevistarme con el doctor decidí omitir mucha información de lo que había pasado y únicamente le dije sobre lo mal que me había sentido el día anterior, el doctor aseguro que me habían drogado para robarme pero por alguna cuestión de suerte o de Dios tan solo tomaron mi equipaje, de seguro si le hubiese contado lo que verdaderamente me sucedió me hubiese obligado ir a algún psiquiatra y eso no era bueno para mi; me sentía lo suficientemente cuerdo como para poder retener esa horrible verdad sin que algún tipo de droga o de sanatorio mental me ayudaran.

Salí del hospital en la tarde noche y me dirigí inmediatamente a la ciudad, cuando estaba en camino pude ver a lo lejos a Ricardo hablando con un hombre y su mujer, el también pudo verme, puso una cara de desconcierto y de terror que no puedo descifrar; no le preste atención a eso, ya que lo que quería en ese momento era poder regresar a casa y encerrarme en una gran y acogedora monotonía llena de ignorancia hacia lo que allí en tierras que no son de Dios ocurre y rezando porque aquellos hombres que a deferencia de mi no han podido escapar del embrujo de tan inhóspitos y malditos parajes. Ahora después de más de treinta años escribo esto en forma de memorias, pera advertir sobre el mal de mi arrogancia y de lo que en esos sitios tan oscuros sucede.









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